Estábamos en una habitación muy blanca, casi inmaculada. Una imagen algo difusa, pero completamente blanca. Solos vos y yo.
Yo cocinaba algo, ahora no me acuerdo, pero te daba la espalda. Te acercaste, me abrazaste por detrás, besabas mi cuello mientras tus manos acariciaban mi cuerpo. Una vez frente a frente empezamos a besarnos, nuestras manos entraron en una vorágine descontrolada. De a poco nos desabrochábamos la ropa, que caía al suelo lentamente. Así caímos nosotros. Tendidos en el suelo, completamente entregados.
Mi cuerpo sobre el tuyo, mis manos te recorrían mientras no dejaba de besarte. Fue mi boca quién comenzó a recorrerte. El calor nos consumía, la respiración era cada vez mas agitada. Mi boca por fin encontró lo que buscaba. Estabas pleno, excitado. Recorrí tu dureza con la lengua hasta hacerte estallar de placer, tus manos batían mi pelo. De a poco comencé a subir por tu cuerpo hasta llegar a tu boca. Te acostaste sobre mí y tu boca comenzó a recorrerme, jugaste en esos lugares dónde sabías que me volvería loca hasta encender mi fuego interno.
Desnudos, exhaustos pero con ganas de seguir este juego que nos embriagaba.
Tu cuerpo trepó el mío hasta convertirnos en una sola persona, susurrabas palabras en mi oído que me hacían volar hasta perder la razón. Mi cuerpo trepó al tuyo, en una cabalgata salvaje, pero muy suave al mismo tiempo. Acariciabas cada parte de mi cuerpo como si fueran piezas de fina porcelana.
Nos arrodillamos, nuestros cuerpos encastrados jugaban a amarse en medio de risas, respiraciones agitadas y gemidos de placer. Mis pezones erectos rosaban tu cara, tu lengua los recorría suavemente.
Excitados, transpirados... Nos sumimos en un orgasmo mutuo intenso, único, hasta caer desmayados nuevamente al piso felices...
y me desperté
Yo cocinaba algo, ahora no me acuerdo, pero te daba la espalda. Te acercaste, me abrazaste por detrás, besabas mi cuello mientras tus manos acariciaban mi cuerpo. Una vez frente a frente empezamos a besarnos, nuestras manos entraron en una vorágine descontrolada. De a poco nos desabrochábamos la ropa, que caía al suelo lentamente. Así caímos nosotros. Tendidos en el suelo, completamente entregados.
Mi cuerpo sobre el tuyo, mis manos te recorrían mientras no dejaba de besarte. Fue mi boca quién comenzó a recorrerte. El calor nos consumía, la respiración era cada vez mas agitada. Mi boca por fin encontró lo que buscaba. Estabas pleno, excitado. Recorrí tu dureza con la lengua hasta hacerte estallar de placer, tus manos batían mi pelo. De a poco comencé a subir por tu cuerpo hasta llegar a tu boca. Te acostaste sobre mí y tu boca comenzó a recorrerme, jugaste en esos lugares dónde sabías que me volvería loca hasta encender mi fuego interno.
Desnudos, exhaustos pero con ganas de seguir este juego que nos embriagaba.
Tu cuerpo trepó el mío hasta convertirnos en una sola persona, susurrabas palabras en mi oído que me hacían volar hasta perder la razón. Mi cuerpo trepó al tuyo, en una cabalgata salvaje, pero muy suave al mismo tiempo. Acariciabas cada parte de mi cuerpo como si fueran piezas de fina porcelana.
Nos arrodillamos, nuestros cuerpos encastrados jugaban a amarse en medio de risas, respiraciones agitadas y gemidos de placer. Mis pezones erectos rosaban tu cara, tu lengua los recorría suavemente.
Excitados, transpirados... Nos sumimos en un orgasmo mutuo intenso, único, hasta caer desmayados nuevamente al piso felices...
y me desperté
Yo quiero soñar así! :(
ResponderEliminarUna vez puse un sueño en el blog, pero trataba de un elefante sin trompa, mirá que patética es mí vida.
La palabra "vorágine" me encanta y si viene seguida de "descontrolada" me gusta mucho más.
me gusta regalar, pero así obligado me rompe bastante las bolas, igual no le compré nada, la semana que viene voy ó la otra no sé,capaz que ni voy :P
beso jime(na)
verdaderamente yo pienso que tenes la capacidad de escribir un best sellers famoso
ResponderEliminar