sábado, 11 de julio de 2009

Realidades

Padre e hija estaban esperando que la empleada les entregue su pedido.
En esos minutos él le dice:
-Papá te quiere tanto y vos lo tratás tan mal- mientras la abraza.
-Ya se te va a pasar- responde ella fríamente. Completamente inmóvil, sin expresión en la cara.
-¿Por qué me decís eso?
-Porque en unos minutos vas a tratarme mal e insultarme como siempre- vuelve a responder con la misma frialdad. Su cara expresaba seguridad.
-¡Sos una hija de puta!- responde el padre en un ataque de ira pseudo-controlado teniendo en cuenta el lugar en el que estaban.

Una vez entregado el pedido, salen sin hablar. Suben al auto. Ella, sin hablar, enciende un cigarrillo. Respiraba tranquilidad.
El tiempo, las situaciones vividas la llevaron a ese rechazo. Ya no se muestra condescendiente, sabe que no tiene sentido demostrar cariño cuando no lo siente.

1 comentario:

  1. Ja! si mi viejo juzgara mi frialdad me tendría que cagar a trompadas cada vez que me ve.

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1 morsa dice:

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