domingo, 18 de mayo de 2008

Buena noche

Sábado a la noche, sin planes armados, salgo a la plaza, como muchas noches.
Pasado un rato me pasó algo que me hizo mal, perdí la alegría que tenía y no pude mas que llorar. Por supuesto que no quería llorar delante de nadie y me fui a caminar, me quedé en la estación, que estaba solitaria, un rato para despejarme y volver mas tranquila.
Así fue, hasta que me preguntaron a donde había ido, y otra vez la melancolía: tuve que llorar. Expliqué brevemente lo que me pasaba y nada mas.
Dispuesta a irme encaminé para mi casa, a la media cuadra comprendí qie sería peor, que iba a seguir llorando y volví con ellos. Fue lo mejor que podría haber hecho: me reí, superé uno de mis temores y escuché cosas que hace tiempo quería escuchar, pero no en ese marco.
Será que ya perdí las ilusiones y eso que escuché fue solo un alago, no me produjo esa sensación de extasis que me hubiera producido escucharlo meses antes.
Después, un poco a la deriva, nos fuimos a tomar algo juntos.
Mas miradas, palabras, miradas sostenidas, roses indirectos. Tanta provocación se hace insostenible, pero interesante y divertida. Desde ya, no pasó nada mas que eso porque había mucha gente alrededor.

Si tus miradas, tus palabras, tus caras de complicidad se van a morir en el silencio, por favor no lo hagas mas. No soy de piedra y la ilusión se puede volver a despertar.

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1 morsa dice:

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