Cada aula tiene una historia

Hoy mientras caminaba por la facultad pensaba en todo lo que me había dado y lo que me iba a dar. Entré a unas cuantas aulas, me emocioné un poco al darme cuenta que en muchas de ellas había vivido momentos distintos con personas distintas.

257: El aula de Mabel. Es casi una institución esa aula. En mi primer teórico cuando Mabel hizo cambiar el sentido de los bancos para que entremos todos y preguntó quienes teníamos nuestra primera incursión universitaria. Tímidamente levanté la mano y algunos mas lo hicieron sin saber que iba a decirnos. En ese momento pidió un aplauso para las personas que recién empezaban la facultad.
Ahí conocí a María Luz y otras personas a través de ella.

148: En ese momento se dictaba el teórico de Periódicas. Estábamos esperando a que llegara el profesor y sentadas en hilera yo, María Luz y una persona que no conocía. Luz me contaba algo sobre la iglesia y mira a esta chica y le dice:
- ¿O no tengo razón?- Esperando que esta desconocida afirme algunas de sus ideas.
Esa persona tomaba el 44 y también vivía en San Martín. Hoy es una de mis grandes amigas.

250: Conocí a Samanta. También hablando de nada en particular nos hicimos amigas. Hoy es mi Cadorna y yo su Pekerman. Jajaja

237: Práctico de Impresos. Llegaba el momento de hacer el TP final y no tenía grupo. Les pregunté a unas chicas si me podía sumar con ellas. A Vero ya la conocía, pero no a la Doctora Bottaro ni a Sofía ni Agostina. Fue el mejor grupo que tuve: todas trabajamos por igual, sincronizadas. El resultado no fue maravilloso, pero valió la pena. (Sigo pensando que no voy a encontrar otro grupo igual)

1: El aula que hoy tomó el CEFyL para guardar cosas que prefiero no preguntar. Teórico de Corrección de Estilo. MUCHO CALOR. Sin saberlo ahí cursaba con Euge/Mauge/Genis Moon (y vaya uno a saber de cuántas maneras la llaman). Yo la llamo Kim.
Esos parciales de CE que duran 4 horas y te dejan la cabeza quemada!!!!! ¿Hace falta tanto sufrimiento?

146: Teórico de ROME. Con Tamara, Luz, Sam, Hernán y alguno más que no me acuerdo. Nos sentábamos todos adelante. Muy ñoños. Un teórico para algunos aburrido, pero la pasábamos bien.
Sam llevaba su termo chiquito con café y yo una petaca con licor de chocolate, de dulce de leche o Tía María, comprábamos melitas ¡TERRIBLE MERIENDA! Con el frío que hacía mediando junio.

253 y 261: Aulas que tienen otro valor. Ahí esperé los escrutinios de las elecciones por Junta Departamental. El primer escrutinio con las palabras de Andrés que me hicieron llorar, éramos unos pocos con los nervios de punta, armando planillas y esperando a que llamen para entrar. Yo en el “Maravilloso mundo de Jimena” sin entender nada y llorando sin saber concretamente porqué.
El segundo escrutinio en el 261 ya éramos más. Igual de nerviosos, más acostumbrados y felices porque sabíamos que nuestro trabajo iba a tener recompensa.

Otras cosas aparecen en mi cabeza: La primera vez que leí la cartelera donde están las aulas. ¿Dónde quedaba el aula “lab” y “boquitas”?
Otra cosa indescifrable era la hoja donde estaba la grilla de horarios del cuatrimestre. ¿Qué quería decir T y C1, C2, C3? ¿Había que ir todos esos días? ¿Por qué esas hojas no tenían el número de aula? ¿A qué materias me anoto?

Hoy con muchos finales que dar y algunas materias por cursar, con un mandato como representante estudiantil cumplido y otro por cumplir me emociono. Sé que nunca voy a poder retribuirle a la facultad todo lo que me dio: Experiencia, amigos, tristezas, alegrías, nervios.