lunes, 30 de mayo de 2011

En el mismo momento...

En el mismo momento, el mismo lugar y la misma hora, pero todo era diferente.
Ambos necesitábamos hablar de nosotros. Él de sus triunfos, yo de mis cosas no resultas.
Primero hablamos de cosas en general, actividades y amigos que compartimos hasta que nos contamos lo que nos pasa. Él me hablaba de sus proyectos a futuro, de lo que quiere estudiar de acá a 10 años armado en un orden cronológico que pretende seguir.
En ese momento encontré el lugar para decirle qué me pasaba a mí con respecto a mi vida. Y mis palabras quedaron en la nada, pasaron como si nada.
Me dolió, sentí ganas de llorar, de decirle ¿No te das cuenta que quiero que me escuches? ¿No te das cuenta que si te cuento a vos es porque sé que me podés entender? No le dije nada. Me guardé las lágrimas y seguí escuchando con total naturalidad.
Es mi amigo, sé qué le pasa y qué no. Él también necesitaba sentirse expresarse, ser escuchado, admirado.

2 comentarios:

  1. No es así, cuando te vas a dar lugar para que te escuchen?
    Las lágrimas guardadas duelen mucho más después.

    Un beso.

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  2. Quizás no era el momento para hablar de lo tuyo porque él no había terminado con lo de él, pero la lógica es que el termine en algún punto y empieces a hablar vos... si eso no sucede, no hay igualdad de "amistad"....

    Nena! me mandaste un mensaje el sábado que yo vi en la madrugada y por eso no te respondí, y después ayer me olvidé: como es eso de que tenemos un Bon Jovi en Liniers?!?!?!?! jajajajaja

    besotes!

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1 morsa dice:

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Pocas veces releo aquello que escribi cuando necesitaba soltar una emocion. Siento que es perder el tiempo, es revolver la mierda, dar vuelt...